Texto y Fotos. Víctor Contreras
La flora y fauna que existe en nuestro municipio sin lugar a dudas recrea un escenario de gran riqueza natural, custodiada siempre por el imponente Cerro Madrigal y la cadena de cordilleras que traviesan esta dichosa geografía tabasqueña.
Una de las especies que habitan varias regiones de este municipio son los Monos Saraguatos o Monos Aulladores. Conocidos en algunos países de América del Sur como mono carayá, manechi, carayá negro y gran alute meridional; siendo el norte de Argentina, todo el Paraguay, sur de México, este de Bolivia y gran parte de Brasil, los lugares donde comúnmente habita.
Aquí en nuestro municipio es muy común apreciar a este singular ejemplar en la Sierra de Poaná, tanto que solo basta seguir la carretera que conduce al ejido del mismo nombre y al detenerse a la altura del paraje Dos Cerros los aullidos de los saraguatos indicarán el hábitat natural que prevalece en esta espectacular zona.
Como dato curioso, los habitantes del Ejido Poaná han erigido varias de sus casas a los pies de estos cerros, lo cual propicia una interacción más cercana con los monos saraguatos. Los cuales, según relatos de testigos bajan a las casas con tanta familiaridad que llegan a abrir las llaves de agua y se ponen a jugar en los patios de dichas casas.
Otros de los sitios donde se aprecia la presencia de los monos saraguatos es en el Parque Natural “Villaluz”, reconocido por albergar la Casa de Descanso de Tomas Garrido Canabal, y poseer en sus entrañas espectaculares cascadas, arroyos de azufre y la mística Cueva de la Sardina Ciega, donde año con año se realiza el ritual zoque de la pesca de la misma y que atrae a cientos de turistas y medios de comunicación.
Uno de los sitios más recónditos de este municipio, donde hemos podido apreciar a los grupos de monos aulladores es sobre el camino rural que conduce del ejido José M. Morelos de Tacotalpa, con el ejido González del vecino municipio de Macuspana.
En este trayecto en posible apreciar dos árboles de amate de gran tamaño que alberga entre sus ramas a grupos de saraguatos, que con sus estruendosos aullidos alertan a los viajantes sobre su presencia en este espacio un tanto solitario y que comunica de manera rural a estos dos municipios serranos.
Los pobladores de Morelos, señalan que pese a ser un tramo solitario y vivir este grupo en arboles secuenciados a la vera del camino, este espacio se ha convertido en el hábitat natural de los saraguatos de esta zona, conformando así un espectacular paisaje natural en el que viven monos adultos y jóvenes; externando también que cuando aullan suele significar necesidad de agua.
Así pues, es como entre las maravillas naturales de nuestro municipio el Mono Saraguato o Aullador, se suma al cumulo de riquezas que prevalecen en esta sierra siempre verde. Ataviando en paisaje con su pelaje negro, jugando entre las ramas y con sus poderosos chillidos o aullidos que llegan a elevarse por encima de todos los sonidos de la selva, presumiblemente hasta por encima que el del jaguar.
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